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Hemos pasado de comprar ropa solo en los cambios de armario a hacerlo constantemente. Pero ¿sabemos realmente qué impacto tienen estas prendas sobre el medioambiente y sobre nuestra salud? Te contamos algunos productos sintéticos que pueden afectar a la salud y que se usan en la industria de la moda. ¿La poliamida es tóxica? ¿Hay plomo en la ropa? Te lo contamos en nuestro artículo.
Entre los años 2000 y 2014 el fenómeno fast fashion cambió nuestros hábitos de compra, pasamos de tener 2 temporadas (primavera-verano y otoño-invierno) a una rotación constante de colecciones de ropa. Esto favoreció que se duplicara la producción y el consumo de prendas de ropa (llegando incluso a los 100.000 millones de prendas), mientras su tiempo de uso se reducía a la mitad.
Este modelo de negocio llevó asociado también un abaratamiento de la ropa, lo que nos permitía cambiar nuestro armario más a menudo y sin preocuparnos (en exceso) por el dinero. Pero ¿somos conscientes del impacto que supone la fast fashion para el medio ambiente y para nuestra salud?
La industria textil es la segunda más contaminante para el medio ambiente, después de la petrolífera, y lo peor de todo es que la mayoría de los consumidores desconocemos cuál es el impacto real que nuestra ropa tiene sobre el medio ambiente. Esto se debe a que las etiquetas de la ropa no aportan suficiente información sobre las materias primas, ni sobre el proceso de fabricación desde su origen hasta su desecho.
De ser así, estaríamos al tanto de que la proliferación durante los últimos años del uso de materiales como el poliéster o la poliamida en la elaboración de ropa debido a su bajo coste ha influido en cierta manera a la contaminación de nuestros mares, por ejemplo, liberando microplásticos en cada lavado.
Asimismo, y a pesar de ser un tejido “natural”, sabríamos que la situación del algodón tampoco es mejor que la de las sintéticas. Alrededor del 2,5 % de las tierras cultivables del mundo se utilizan para plantaciones de algodón que, a su vez, consumen el 25 % de los pesticidas utilizados a nivel global.
Otra cosa que no tenemos los usuarios es información sobre los efectos ambientales derivados de la fabricación de las prendas y de las más de 1.500 sustancias químicas que se usan para blanquear los tejidos, teñirlos, impermeabilizarlos, hacerlos resistentes a las arrugas… Pues, la mayoría de ellas ni siquiera están clasificadas en términos de toxicidad.
A todo esto, habría que añadir las emisiones y los residuos relativos al transporte, cuidado y eliminación de la ropa. Aunque hay entidades como AERESS (Asociación Española de Recuperadores de la Economía Social y Solidaria) y Humana que llevan recuperando los residuos textiles para su posterior reutilización o reciclaje, estos siguen suponiendo entre un 10-15 % de los residuos que se tiran al vertedero.
En definitiva, el impacto que tiene la moda sobre el medioambiente sucede durante todo el ciclo de vida de una prenda y sus efectos son muy variados como vemos en la siguiente imagen:
Desde las organizaciones de consumidores, reclamamos que las etiquetas de la ropa recojan información sobre las materias primas, así como sobre el impacto ambiental que tiene su proceso de fabricación. Solo de esta forma los consumidores podrán valorar y tomar decisiones éticas si quieren.
Además del impacto sobre el medioambiente, algunos productos químicos que se utilizan en la elaboración de ropa son perjudiciales para nuestra salud, ya que el contacto directo con la piel y el sudor hacen que el riesgo de padecer dermatitis, alergias o irritaciones cutáneas sea mayor. Es por ello por lo que se recomienda lavar la ropa antes de usarla por primera vez para reducir la presencia de sustancias potencialmente tóxicas.
En OCU llevamos varios años realizando estudios y rastreando la presencia de estos químicos, tanto en la ropa como en otros objetos. A continuación, recogemos en una tabla algunos de los más frecuentes en las prendas:
Por normativa, las sustancias químicas que se utilizan en los textiles tienen que estar recogidas en el Reglamento REACH, cuyo objetivo es proteger el medioambiente y nuestra salud de la fabricación, comercialización y uso de sustancias y mezclas químicas. Aun así, en OCU echamos en falta una legislación específica como, por ejemplo, la que tienen los productos cosméticos o los detergentes.
Ahora bien, algunos fabricantes de ropa someten sus textiles a certificaciones voluntarias que establecen restricciones específicas para las sustancias químicas más controvertidas. Uno ejemplo de esto es la certificación OEKO-TEX® . Este tipo de acciones aportan cierta tranquilidad, ya que se podría decir que las prendas que llevan este distintivo ofrecen una seguridad adicional.
De todas formas, y mientras esperamos la llegada de esta legislación específica, aquí te dejamos algunos consejos prácticos:
Reclama! De L a J de 9 a 18 h; V de 9 a 14 h
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